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RUTA DE LOS CONTRABANDISTAS

RUTA DE LOS CONTRABANDISTAS

La Ruta de los Contrabandistas es mítica, muy recomendable cuando llega el buen tiempo.

Es toda una experiencia que transcurre por pistas de montaña a través de la frontera hispano-andorrana.

AVENTURA ASEGURADA

Es una aventura llena de naturaleza, con cumbres emblemáticas entre España y Andorra, muy bonita para hacerla en moto.

La Ruta de los Contrabandistas combina el asfalto con el off-road, por lo que aconsejamos hacer la ruta con una moto Trail.

La ruta de los contrabandistas, se llama así porque durante décadas los contrabandistas la utilizaban y la recorrían de noche.

Pasaban tabaco y alcohol a España, burlando a las autoridades policiales y aduaneras.

Hoy es más transitada por turistas, por la pasión del entorno natural y por la belleza de sus paisajes.

NATURALEZA PURA

La ruta transcurre por pistas de montaña, forestales, desiertas y solitarias, sin asfaltar, llenas de piedras, serpenteando el río.

El río, a veces a la derecha y otras a la izquierda, y la pista con muchos baches y muchas, muchas, muchas curvas.

La Ruta de los Contrabandistas hay que hacerla con buen tiempo, aconsejable desde mayo hasta finales de septiembre, ya que en otras fechas, las pistas quedan intransitables por la nieve o las lluvias.

Aconsejable además, ir en grupo, preparados con ropa de recambio, agua y comida, y si vas en moto, kit de herramientas para posibles pinchazos.

PROPUESTA

Hay muchas rutas de los contrabandistas, y nosotros os proponemos la salida desde Alins.

En el Parque Natural de l’Alt Pirineu, en dirección al pueblecito de Tor, podremos desayunar o comer en Casa Sisqueta, un restaurante con comida sencilla, casera y con un trato muy agradable.

Durante la ruta de los contrabandistas, nos encontraremos con bosques espesos, prados de montaña con vacas y caballos pastando, y el río que nos acompañará paralelamente durante gran parte de la ruta y que cruzaremos, antes de empezar la ascensión hacia Andorra.

Pistas con fuerte desnivel, con caminos en bastante mal estado, con tramos bastante intimidantes, con muchas cumbres y valles, y habrá que cruzar el río que dependiendo de la época del año baja con bastante fuerza.

Una vez llegamos a la frontera andorrana, la carretera ya está asfaltada. Llegamos al mirador Coll de la Botella, situado a más de 2.000 metros de altitud, parada obligada para hacernos una foto con la escultura de la “Tormenta en una taza de té” y disfrutar de las magníficas vistas panorámicas, del silencio y la paz del entorno.